Generalmente, las técnicas que se utilizan en los huertos compartidos son una mezcla de diferentes prácticas agrícolas respetuosas con el medio ambiente: asociaciones y rotación de cultivos, montículos de permacultura, mulching, compostaje, reutilización de residuos para crear contenedores elevados…
La huerta criolla y la huerta compartida utilizan técnicas similares (p. ej., asociaciones de cultivos) pero también técnicas diferentes (p. ej., quema y arado en la huerta criolla versus montículos de permacultura o compostaje superficial en la huerta compartida).
A pesar de que la población de Martinica es cada vez más urbana, en los últimos años ha habido un renovado interés por las plantas medicinales y la jardinería. Sin embargo, esta práctica cultural está evolucionando. Ahora hay más plantas de tomate que ñame en los jardines alrededor de las casas debido al cambio en los hábitos alimenticios y al temor a la contaminación por clordecona. Además, cierto conocimiento sobre las plantas tiende a desaparecer. Así, las plantas protectoras o plantas silvestres comestibles son cada vez menos conocidas.
El jardín criollo, por lo tanto, tiene futuro porque los martiniquais están interesados en él, pero para salvaguardar este patrimonio cultural, los intercambios intergeneracionales y los intercambios con equipos de investigación deben continuar.