El mayor aislamiento que ofrecen los techos verdes puede reducir la cantidad de energía necesaria para moderar la temperatura de un edificio, ya que los techos son el sitio de mayor pérdida de calor en invierno y las temperaturas más altas en verano.
Los techos verdes refrescan la temperatura debido a la cobertura directa de las plantas y la transpiración durante el día.
Susca et al. (2011) encontraron que los techos verdes pueden ahorrar el consumo de energía del 40% al 110%.